Juan Manuel y Gustavo Ismael: puro básquet
El Diario Olé realizó una muy buena nota a uno de los
mejores proyectos del básquet nacional, Juan Manuel
Fernández, el hijo del gran base Gustavo Ismael
Fernández. El juvenil jugador habla de sus proyectos, de
la relación tan cercana con su padre, del presente en la
selección y de sus pasos a seguir. Una recomendable nota
para analizar como piensa un jugador el cual tuvimos el
privilegio de disfrutar de su juego varias veces en
Torneos Provinciales ya sea a nivel selección o clubes.
Aquí la entrevista del Olé:
"Lo
vi muy inteligente. Es un proyecto muy bueno y tiene un
potencial parecido al de Pepe Sánchez a la misma edad.
Entre los dos caminos posibles que eran la universidad y
la Liga, eligió uno más sacrificado y que le llevará un
poco más de tiempo, pero es un lugar donde también le
van a dar una formación personal para el resto de su
vida". Julio Lamas lo había elegido en un campus de
Libertad, pero no podrá ser. Tampoco irá al Barcelona,
que lo quiso llevar hace dos años.
Lamas, uno de los mejores técnicos, definió así a Juan
Manuel Fernández, base de 1.93m que el 22 de julio
cumplirá 18 años e integra la Selección Sub 18 que se
prepara para el Premundial de Formosa (14 al 18 de
julio). En octubre, el riotercerense emigrará a Temple
para seguir su formación. Irá a la universidad yanqui
donde su ídolo Pepe Sánchez hizo historia.
Juan mamó el básquet desde chico. Su papá Gustavo fue un
armador que dejó su huella con cinco títulos en 16
temporadas ligueras, más dos copas internacionales. En
la 06/07, padre e hijo jugaron juntos para 9 de Julio
(Río Tercero) y subieron del Provincial a la B. "Fui un
privilegiado ya que no muchos tuvieron la chance de
vivir algo así. Traté de aprovecharlo al máximo. Y en la
B me dirigió como asistente".
-¿Qué imagen creés que tiene el ambiente del básquet
sobre tu padre?
-Me parece que la mejor. Por su bajo perfil y humildad,
por ahí no reconocieron tanto sus logros. No cualquiera
puede ganar cinco títulos con tres equipos diferentes. Y
más allá de que digan que tuvo suerte al contar con muy
buenos jugadores al lado, me parece que siempre fue la
cabeza y el motor de esos equipos campeones.
-¿Te parecés jugando?
-Es lo que trato. Es el que más cerca tengo para
aprender ya que en Río Tercero compartimos las prácticas
e intento sacarle el máximo provecho.
-¿Cuánto te sirvió la Liga B para poder crecer?
-Muchísimo. Es una categoría muy dura, áspera y en la
que se vive por el ascenso. Por suerte tuve bastantes
minutos como segundo base porque el técnico me dio
confianza. Me sirvió para progresar.
-Lamas quiso llevarte a Libertad, pero te vas para
Estados Unidos.
-Sí, en Libertad hubo una prueba y me había entusiasmado
mucho, pero ya tenía un compromiso de jugar la B con mi
club (9 de Julio) y no pude ir. Y se había hablado de un
posible acuerdo para este año, aunque salió lo de la
universidad y me voy allá.
-¿Quién es tu ídolo?
-Siempre traté de verlo a mi viejo, pero me encanta Pepe
Sánchez. Espero que en Temple me pueda ir tan bien como
le fue a él.
-¿Te ilusiona imitarlo?
-Sí, me entusiasma mucho y me pone un poco de presión
por todo lo que hizo. Por cómo lo quieren y reconocen.
Pero somos dos personas distintas, así que voy a hacer
la mía y tratar de que me vaya bien.
-¿Qué te gusta de Pepe?
-La cabeza que tiene y algo que me parece que nunca voy
a poder copiar: su increíble defensa. Es uno de los
puntos débiles que me resaltan, pero trabajaré para
mejorarla.
-¿Por qué a Temple?
-Me gustó la chance por lo que me hablaron y
aconsejaron. Me parece buena la idea también de poder
estudiar una carrera al mismo tiempo. Me gusta el
ambiente que se vive en una universidad. Es un cambio
drástico porque por primera vez me voy lejos de mi casa,
aunque tendré que acostumbrarme.
Palabra de Papá... (la opinión del "Lobito"
Fernández)
Juan Manuel arrancó cuando estuve en Boca. No quería
saber nada con el básquet, pero un día aceptó y lo
llevé con los Premini. Después me siguió en cada
lugar por donde pasé. Cuando me retiré, fuimos a Río
Tercero. Estaba muy caído el básquet ahí y un
dirigente me propuso ayudar jugando en 9 de Julio,
club en el que nací. Disputamos el Provincial y
ascendimos. Como padre, fue una situación hermosa y
particular jugar con él. Porque no era un compañero,
era un hijo en la cancha y sufría mucho. Encima se
juega al límite, con muchos roces. El empezó con 15
años y para mí seguía siendo un bebé. Me encantó el
desarrollo que tuvo, cómo lo encaró y maduró. Me
debo haber puesto pesado contándole mis
experiencias, pero no me quedaba otra. Este año fui
de asistente. Fue para seguir en contacto con él
porque sabía que en cualquier momento iba a empezar
a volar. Creo que la universidad era el camino más
tranquilo para transitar de juvenil a profesional.
Por suerte nos relacionamos con Igor Crespo, el
mismo agente de Pepe Sánchez. Pepe, además de
recomendarlo, le mandó un mail a Juan que fue
determinante para su decisión. En Temple lo pueden
terminar de completar. Es un base vistoso, con muy
buen dribbling y facilidad para asistir. También es
muy autoexigente. Y ya hizo mucho más que yo.
Fuente: Diario Olé
|