El
gran Marcelo Nicola
Una vez León
Najnudel, padre de nuestra competencia nacional, envió
una carta a Josean Querejeta, dueño del Tau español,
para que viniera a ver a los nuevos reclutados de la
cantera de Sport Club de Cañada de Gómez. "¿Si será como
Camissasa? Camissasa no le va a atar ni los cordones",
fue la enérgica respuesta de León cuando le preguntaron
por ese flaquito de 2m 07 cm. que había llegado de
Rafaela y, jugando de alero, era la sensación de la Liga
Nacional luego de haber debutado con 15 años.
El Tau envió a Alfredo Salazar, quien
quedó maravillado con el muchacho. Demostrando su
personalidad, Nicola viajó a Vitoria para una prueba.
Marcelo la pasó y los vascos sorprendieron cuando le
hicieron un contrato de 1.000.000 de dólares por diez
años. Se sumó al Taugrés junior y antes de debutar en la
Liga ACB agregó dos perlitas a su historia personal: fue
el primer argentino en jugar en una liga profesional de
Estados Unidos con cuatro partidos en la USBL en el año
1991 y pasó por la liga dominicana en el equipo de Los
Mina.
Fue un verdadero
símbolo en Taugres, donde jugó cinco campañas y logró
dos títulos, la Copa del Rey 95 y Copa de Europa en el
96. En 1993 tuvo un año sensacional: fue vital en la
conquista del oro en el Panamericano Sub 22 ganándole
una recordada final a Estados Unidos en Rosario y fue
elegido en la 2da. ronda del draft por Houston Rockets
(después traspasó sus derechos a Pórtland Trail
Blazers). Luego jugó en clubes de primerísimo nivel como
ser el caso del Panathinaikos donde lo hizo una
temporada, dos en el Barcelona y seis campañas en la
Benetton. Fue al Siena y a Ucrania jugando en el BC
Kyev. Luego hizo reemplazos temporarios en Valencia,
Reggio Emilia y Tau, significando la vuelta al punto de
partida, como cerrando un círculo en la vida, plagado de
éxitos. Fue su primer y ultimo club ya que allí confirmó
su retiro, a los 35 años.
El notable ala
pivote con una excelente predisposición para tirar como
alero algunas vez dijo "tomé la decisión porque las
lesiones no permiten realizar mi trabajo como un
profesional. Los médicos me lo recomendaron".
Su carrera de 16 años en Europa fue
una de las mejores de un argentino, cosechó en total 11
títulos pero tal vez en la Argentina no tuvo su
“verdadero reconocimiento”, quizá por su poco aporte en
la Selección en cuanto a presencias ya que solo
participó en seis torneos.
Algunos lo
catalogaron como una persona fría que prefirió sus
descansos y se bajó en varias oportunidades de la
celeste y blanca. En 1999 fue su última negativa a una
convocatoria siendo este suceso el principio del fin de
un amor no consolidado entre el astro y la selección.
Solo quedó para la estadística como última participación
el correcto Mundial de 1998 realizado en Grecia donde
Argentina, en su partido inicial contra Australia, dio
la sorpresa. Jugó el mejor partido de toda la
preparación, defendió como nunca se le había visto a un
equipo nacional, y tuvo a varios de sus jugadores en un
altísimo nivel. Finalmente la selección terminó su
participación en Atenas perdiendo ante Lituania por el
séptimo puesto y finalizando con un récord de tres
victorias y seis derrotas.
Marcelo Nicola, el rafaelino que llego a ser un grande,
tal como lució en la retina de León… un día en Cañada de
Gómez.
Fuente: datos Diario Olé
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